3 de octubre de 2009.
Si alguien pudiera zambullirse en la profundidad de nuestra esencia y tocar lo mas genuino de nuestra identidad, creo que solo quedaría casi vagando una palabra, un sonido, una leyenda: caminantes… Y es que la vida nos va poniendo en situaciones en donde, sin darnos cuenta, ensayamos y ejercitamos nuestra dura y difícil condición de caminantes… de peregrinos que hacen y desandan caminos…
El camino se hace largo, pesado, se hace símbolo, se hace esperanza…. Y se hace camino compartido… El sábado, caminando a Lujan (a mi mismo) sentí la incomparable y maravillosa calidez de una mano compañera de camino que se estrechaba muy fuerte con la mía (casi todo el camino), hablándome (casi gritándome) la insondable profundidad de su misterio.
Y no era ella sola, eran miles de manos (algunas manitos) que arrimaban su calorcito a la mía y me susurraban al oído, casi imperceptiblemente, su nombre-misterio…
Siempre que transito esos caminos, hay otras vidas que no se aferran a mi mano… casi de una manera caprichosa e inexplicable se me cuelan como tibias lagrimas que me es imposible contener… Pies, manos, lagrimas… Camino, Misterio y abrazo….
viernes, 16 de octubre de 2009
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