miércoles, 26 de septiembre de 2007

... los abrazos no se merecen... (mérito para ir al cielo???)

Otra cuestión que me quedó dando vuelta en la cabeza a partir de la predicación de este sacerdote fue la machacona idea de que para ir al cielo había que hacer ciertos méritos... portarse bien, ser un buen tipo, etc.. ("constuir nuestra morada")...
La verdad que creo que "el cielo" o "el paraíso" tiene más que ver con un abrazo con el Flaco (como le digo cariñosamente a Jesús) y en él con mis hermanos que tanto quise aca en esta tierra, un abrazo con la viejita (como le digo cariñosamente a María) y seguramente con el Champa... un abrazo con tantos hermanos y hermanas con los cuales compartí abrazos en la tierra y con tantos hermanos y hermanas que no me atreví a abrazar por miedo, por debilidad personal...
Será por eso que la idea del mérito me causa un poco de rechazo... porque los abrazos no se merecen, se reciben y disfrutan, no?

lunes, 24 de septiembre de 2007

La construcción de la utopía del Reino de Dios (el del Cielo y el de la Tierra eh??)

Si hiciéramos una encuesta y preguntáramos cuál es la finalidad, el horizonte, la meta del seguimiento de Jesús, nos sorprenderíamos de escuchar las más variadas respuestas. Y es que el mensaje evangélico es claro, pero a veces la interpretación que de él se haga puede variar según las intenciones, gustos o pareceres...
Ayer, durante la celebración comunitaria de la Eucaristía, el sacerdote, en la predicación nos invitaba a trabajar para construir nuestra "morada eterna" en los Cielos (dicha labor aparecía como todo el fin de nuestra existencia).
Una de las grandes fallas de los cristianos es el haber pensado que el fin de nuestra vida es la "santificación personal" o el tema de tener que "ir al cielo". Si bien es una verdad ineludible, el planteo me parece peligroso si ese ansia de "salvación celestial" me hace olvidar lo que vivo en la cotidianeidad...
Si el pensamiento de la "recompensa final" me hace perder de vista que el Reino tenemos que construirlo aca en la Tierra, generando lazos de fraternidad, compadeciéndonos del hermano que más sufre, quemando nuestra vida para que la utopía del Reino se vaya haciendo palpable, concreta, en nuestras estructuras personales, comunitarias, políticas, sociales, económicas, culturales, etc; me estoy olvidando del Jesús del Evangelio.
El seguimiento nos empuja al corazón del mundo. No es "escapándonos" del mundo, o criticando sus modas como vamos a alcanzar la plenitud del Reino, sino encarnándonos en Él y haciéndolo cada vez más humano (más divino...).

jueves, 20 de septiembre de 2007

Cuando la cultura se transforma en una barrera...

En nuestras experiencias de formación (escuela, familia, movimientos, grupos) se nos ha inculcado siempre que la vivencia de la cultura es una puerta que se abre al intercambio, al crecimiento, al abrir fronteras y nuevos horizontes...
En esta semana, en la charla con un amigo, se hizo presente en mi conciencia una intuición que hacía tiempo venía rumiando. ¿Qué pasa cuando la cultura se transforma en una barrera...? ¿A dónde quedaron esas ideas sobre el intercambio de mentalidades y experiencias? ¿Qué sucede cuando el "ser distinto a mí" se transforma en una amenaza?
Ante este "estado de situación" pareciera que la desesperanza es la resultante obligatoria... estoy convencido de que no es así...
La respuesta está en los jóvenes... son los pibes los capaces de romper fronteras y moldes preestablecidos para abrirse a una fraternidad que va más allá, y que acaba con prejuicios y "frases armadas" para que todo siga como está... Son ellos mismos los que nos demuestran que es mentira "que no se puede hacer nada..." Son ellos los que empujan la historia y hacen crecer el Reino en espacios en donde "supuestamente" la muerte había ganado la batalla.
Barreras hay muchas... suerte que hay también algunos "locos" que se atreven a saltarlas...

sábado, 15 de septiembre de 2007

estrellas fugaces

"Acerca de lo fugaz de nuestras vidas..." Sí, sí, inaugurando blog...
Un espacio en donde dejar memoria de aquellas estrellas fugaces, que por ser tales no dejan de ser eternas tampoco...
¿Quién no se quedó mirando uno de esos destellos de luz en la noche, absorto, como paralizado por lo deslumbrante de su transitoria claridad...?
Lo que suele acontecer en nuestra vida se parece mucho a eso... Estrellas fugaces que inmortalizan momentos y nos dejan maravillados ante lo grandioso de cada instante...
Fugacidad y eternidad son dos caras de la misma moneda, no??