Hay canciones que sanan heridas, hay voces que sanan heridas… Su voz, única, tierna, hermosa, abrazó corazones, remendó historias desgarradas… Anoche ver a Víctor y a Teresa cantando “Razón de vivir” me produjo un escalofrío y una emoción muy grande. Le cantaban a ella, se cantaban a ellos mismos, me cantaban a mí, a nosotros… Sus voces sanan heridas, sus voces heridas y perseguidas son ahora, remedio y refugio, abrazo, casa y fiesta…
Tantas mujeres cuidan hoy la vida, la cuidaron y la siguen cuidando… Las vemos en las mañana llevando a sus hijos a la escuela, haciéndole frente al sueño y al frío, siempre presentes, siempre valientes, siempre de pie. Las vemos preparando la comida, trabajando, luchando, a veces, golpeadas, menospreciadas, humilladas…
Y ella, ella es el emblema. El emblema de mujer y de libertad, de justicia y de independencia, de lucha y de derechos, de sangre y rebeldía… Que triste perderte, Mercedes, que consolador tenerte, siempre, siempre cerquita del corazón, con tu música y tu canción endulzando nuestra tarde hecha de cuerdas de guitarra.
sábado, 10 de julio de 2010
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